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lunes, 15 de octubre de 2018

De liebre a sardina

Con mi dichosa fascitis que me mantiene retirado del mundo de las carreras a pie desde que corrí mi última media maratón de Madrid en abril, hace ya 6 meses, no me ha quedado otra opción que dedicarme a nadar y prepararme para afrontar mi mayor reto hasta el momento y seguir manteniendo mi nivel competitivo.


V T-Classic Las Canteras

Unos 5 meses de preparación donde he pasado de nadar no más de 100m a terminar 1500m en piscina cubierta de 25m. Hoy era el gran día, el día en el que vería si soy capaz de transformar a la liebre que llevo dentro en sardina (ya que a tiburón no llego).
No las tenía todas conmigo, ya que el último mes de entrenamientos no salió como tenía planeado. Tenía pensado entrenar unos 5 días a la semana, nadando 3 días y bicicleta 2 con algo de musculación y meter una travesía más corta de unos 500m para ganar algo de experiencia, pero al final llegué haciendo a penas 2-3 entrenos por semanas y sin pasar por una competición más corta previamente.
Entre que la semana anterior vi la distancia de 1500m en el lugar que se iba a realizar en una distancia muy muy exagerada y el día anterior busqué como estaría el estado del mar en la travesía y me encontré que estaría a unos 2m y en pleamar..... empecé a pensarme si presentarme o no.

Recogida de dorsal y bolsa del nadador

No tenía muy claro dónde estaba el punto de recogida de la bolsa del nadador, hasta que preguntando llegué al lugar. Una vez allí fue todo muy rápido, pero no me informaron muy bien de lo que tenía que hacer.

Camiseta oficial

Cuando llegué al punto de salida de la travesía a falta de 10 minutos para el comienzo de la prueba, le pregunté a un organizador por el guardarropa y me comenta que está a 1500m, en el punto de meta..... y que tenía que haber activado el chip...... ¿y ahora? ¿Qué hago?.... La solución, amarrar la bolsa a un carro que tenía la organización, que llevarían al punto de llegada, y activar mi chip mediante su emisora.
Al poco, sin casi darme tiempo de ponerme algo de crema en la espalda para evitar freírme durante la prueba, comentan por megafonía que los nadadores teníamos que irnos dentro del mar, donde estaban las boyas, a unos 100m de la orilla.
Me dirigí casi sin calentar a las boyas de salida y al minuto de llegar, dan la salida y comienza la aventura.

Yendo hacia las boyas de salida

La carrera


Recorrido de 1500m

Comienzo a nadar intentando no tropezarme con nadie y seguir el ritmo entrenado. La idea era cambiar la cabeza de lado cada cierto tiempo, y mantener el máximo tiempo la mirada hacia la orilla para tener un referente, pero, cuando miraba hacia la orilla me mareaba y volvía a mirar hacia mi izquierda, por donde alguna olita que otra me hacía tragar un poco de agua.
El día estaba genial, el mar como una piscina y la temperatura ambiente de unos 30 grados, ideal para la prueba.
La gran diferencia con respecto al running es no saber cuanto te queda, cuando llevas y por donde vas, si te estás desviando o no de la recta y esto hace que la actividad sea un poco más complicada.
Buscaba referentes en el fondo del mar, pero las gafas se me empañaron al poco tiempo de empezar y veía algo borroso. Buscaba referentes en la orilla, pero me mareaba. Buscaba referencia en algún otro competidor, pero no habían muchos a mi alrededor.
Por un tiempo, coincidimos otro competidor y yo que nadábamos mirándonos cara a cara cada vez que tomábamos aire, y es una sensación un tanto extraña para mí, ya que corriendo vas mirando hacia adelante, el reloj y la espalda de otro competidor.

A falta de unos 300m (supongo yo), empecé a notarme con fuerzas como para arrastrar más agua y darle un poco más de intensidad a los brazos y piernas y fijándome que había un señor nadando a pocos metros de mí que iba alternando entre crol y braza, intenté adelantarle.

Los últimos 10 metros parecían no terminar nunca, me daba la sensación de no estar avanzando, hasta que por fin vi el fondo a poco más de un metro e intenté poner los pies en el suelo para salir del agua corriendo y entrar por el arco de meta.

Llegada a la orilla

Cuando llegué a la orilla, lo único que buscaba era el marcador del tiempo para saber el resultado final.
Tardé en hacer los 1500m en 33'03", el doble de tiempo que usó el primer clasificado en llegar. Detrás de mí quedaban unos 30 participantes más.
El objetivo inicial era terminarla independientemente del tiempo que empleara para hacerlo.
El segundo objetivo era no terminar último.
El tercer objetivo era hacerla sin parar en ningún momento.

Todos mis objetivos de esta experiencia fueron cumplidos, así que me doy por más que satisfecho.
Quizás el próximo año la haga y el objetivo será bajar el tiempo total empleado.

Medalla de finalista conseguida




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