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martes, 23 de enero de 2018

XVII Cajasiete Maratón de Gran Canaria 2018


Después de mi particular “campeonato” compitiendo en la media maratón de Madrid y de Valencia, donde he disfrutado muchísimo sintiéndome casi un profesional de la competición, hoy tocaba competir en casa (como se suele decir habitualmente).

He de decir que la preparación para esta carrera ha ido muy condicionada por la dichosa fascitis que parece no querer abandonarme nunca, por lo que he tenido que tirar un poco más de bicicleta, de cinta en el gimnasio y algún día extra de recuperación semanal, y como no, de algún resfriado que otro empezando el año.

De siempre me ha parecido que esta carrera está muy mal colocada en el calendario porque pilla las navidades muy cerquita, a escasos 20 días y si has tenido (que lo hemos tenido todos) algún exceso, puede pasar algo de factura.

Los días se iban acercando poco a poco a esa marca en el calendario donde marcaría mi final como corredor de medias maratones para comenzar una recuperación total de mi lesión y volver en un futuro, que espero sea no muy lejano, a correr poco a poco y volver a la competición.

Es por esto que quería hacer el mejor tiempo de todos arriesgando lo que no había arriesgado en las carreras anteriores y eso pasó algo de factura al final. Antes de llegar a ese punto, vamos paso a paso.

La feria del corredor

El día anterior fui a recoger mi dorsal y mi bolsa del corredor a la “feria”, por llamarlo de alguna manera, y es que me da la impresión que cada vez está más floja. No me pareció nada atractiva ni interesante, y eché bastante en falta un stand con algo de merchandising sobre la carrera en cuestión, unos calcetines con el nombre de la carrera, unos chandals, un pantalón de entrenamiento oficial de la carrera…., un “algo”.

Según llegué me di esa vuelta de reconocimiento donde me entregaron algunas invitaciones para visitar algún centro deportivo, alguna muestra de crema para masajes y me dirigí a recoger mi dorsal. Una vez en la mesa, me piden el cuestionario de salud cumplimentado y mi número de dorsal que ya traía apuntado.

Me dan el dorsal con 12 imperdibles (supongo por si se me perdía alguno o por los que no me dieron en Madrid (ironía)) y me mandan a comprobar el chip a la otra punta del recinto. Una vez comprobado, me hacen salir de la feria para pasar a otro sitio donde se recogían las camisetas. No había apenas nadie y podía haber pasado directamente por dentro sin tener que salir del recinto, pero bueno, seguramente tendrían ganas de sentirse funcionarios por un día con el reparto de tareas sencillas y sin complicaciones.

Cuando llegué a casa y vi la camiseta…, madre mía, este año no se rompieron mucho la cabeza en el diseño. Podrían sacarlo a concurso como los carteles de carnavales, porque mira que es simple. Lo que sí es verdad, es que la calidad es excelente, pero el diseño deja mucho que desear.
Camiseta oficial y dorsal

La carrera
Recorrido
Perfil de la carrera

Está vez opté por 2 días de reposo para llegar lo mejor posible dentro de mi eterna lesión.

Empiezo el calentamiento unos 20 minutos antes con una temperatura de unos 16º, con mis mangas descapotables tras haber dejado mis enseres en el guardarropa.

Me notaba que me faltaba algún vasito de agua porque estaba con sensación de un poco de sed, y eso no era buena señal.

Mientras calentaba tomé un par de sorbos de mis particulares botellas de agua con magnesio y pareció aliviarse un poco.

Me dirijo a mi cajón número 2 y busco un punto de referencia para llevar un buen ritmo, y cual es mi sorpresa, que veo que tengo la liebre de 1:45 detrás de mí y delante la de 1:30. No hay término medio y yo quiero hacer un ritmo para terminar en 1:40, vaya faena.
Cajón nº2 de salida


Había estado mirando en casa que para hacer ese tiempo tenía que correr a un ritmo de 4’44’’ así que a tirar de gps.

Dan la salida y comenzamos a correr. Miro mi reloj y marca un ritmo de 5’10’’ y hay un par de personas que tenían que haberse puesto un poco más atrás y toca adelantarlas.

Cuando me quito a estas personas vuelvo a mirar y voy a un ritmo de 4’30’’. No viene mal para recuperar el tiempo perdido.

Llegamos a la avenida Mesa y López y el primer km me marca 4’45’’. Bien, vamos a buen ritmo, ahora toca mantenerlo, se suponía….

Al llegar al km 2 vuelvo a mirar el reloj y me marca 4’21’’. Sé que hay que bajar el ritmo pero no me encuentro cómodo, no tengo un referente y así llegamos al km3 marcando un ritmo de 4’33’’. Una de dos, o me sale el carrerón de mi vida o no termino.

En el km 3 ½ tenemos una carroza de animación perteneciente a la media maratón de Vecindario, un poco pobre, pero a estas alturas de carrera me vale, aún no es necesario.

A la altura del muelle deportivo de la avenida marítima está el km 4 y veo un ritmo algo más normal,  4’41”, pero aún voy muy rápido.

En el km 5 volvemos a repetir el mismo ritmo de 4’41” y parece que ya he encontrado mi punto de fusión con el asfalto.

Km 6 a la altura del parque San Telmo (por la avenida marítima) marco un ritmo de 4’35” con unas pulsaciones de 172ppm. Vuelvo a estar muy acelerado.
Dándolo todo

El km 7 a falta de menos de 1km para dar la vuelta en Hoya La Plata me cruzo con los que ya vienen de vuelta y vuelvo a bajar mi ritmo de carrera a 4’38” pero no termino de encontrarme cómodo.

Ya damos la vuelta en un lugar habilitado para ello con unos voluntarios que avisaban del acontecimiento y que de despistarte podría salir muy caro, ya que los que seguían de largo eran los de la maratón.

En el km 8 por fin me reencontré con mi tiempo de carrera 4’45”, a ver si por casualidad lo mantenía hasta el final de la carrera.

El km 9 pareció confirmarme que ya estaba por el camino adecuado manteniendo el ritmo a 4’44”.

Por fin, en el km 9 ½  un punto de animación con una batucada, ¡qué detalle!

Por el paso del km 10 llevaba un ritmo de 4’48’’, y ya era el 3º km seguido que mantenía el ritmo. Llevaba 46’32” de carrera, lo que hacía un tiempazo (para mí) en una media maratón de seguir así, ya que mi record personal en 10km es de 46’16”.

A la altura del km 11, hay un corredor que va por mi izquierda y que va cerrándome el camino hasta que le grito eso de “¡no me cierres!” y parece que vuelve a retomar su posición por unos metros, hasta que en el desvío con conos situado a la altura de Juan XXIII, el tipo decide poner el indicador de mano pasar por delante, salirse del tramo trazado por los conos y atacar el nuevo tramo en línea recta. A su rollo.

Después de flipar un poco con el tipo, sigo mi ritmo valorando el esfuerzo que estoy haciendo y empiezo a notar que no estoy tan fresco. Intento ponerme a rebufo y recortar en las pocas curvas que hay en ese tramo tan largo y desolado donde podrían grabar una película de vaqueros en el lejano oeste.

En el km 12 sigo estando a 4’49” pero me está costando ya mantener el ritmo y aún me quedan 9 km por delante. Empiezo a coger todas las esponjitas que puedo por el camino para refrescarme la nuca y la cabeza y eso parece espabilarme un poco.

Entre el 12 y el 13 volvimos a pasar por la carroza donde cogimos algo de ánimos.

En el km 13 ya hemos abandonado la avenida marítima y nos hemos metido por ciudad jardín y esas curvas hacen que pierdas algo de ritmo. Miro el reloj y voy a 5’07”. Es el ritmo más lento de toda la carrera. Me lo tomo como una pequeña recuperación ya que he ganado muchísimo tiempo extra y puedo permitírmelo.

El km 14 he recuperado mi ritmo y ya voy a 4’47” de nuevo, a la altura del Perpetuo Socorro después de pasar por Mesa y López de nuevo y donde empiezo a sentir que me falta un chute de energía.

El km 15, junto al mercado del puerto, con un ritmo de 4’59”, había vuelto a perder mi ritmo idóneo y ya noto como me pesan un poco las piernas y noto la fatiga, el ritmo tan alto en los primeros kms empiezan a hacer mella. Momento idóneo para sacar el gel enriquecido con magnesio y a pequeños sorbos junto a un par de tragos de agua. Me sentó de miedo. Creo que no había notado nunca un efecto tan positivo en un gel, volví a coger algo de ritmo, que por desgracia no duró mucho.

En el km 16 por fin tenemos otra batucada, y aunque me dio un pequeño empuje, no consiguió que mejorara. Ritmo de 5’18’’…. me está pasando lo mismo del año pasado pero a más velocidad. Empezaba a sentir que me tenía que parar o caminar, pero intenté concentrarme en que sólo quedaban 5 km y que la pensaba terminar aunque sea al trote cochinero, pero no me paraba porque tenía entrenos de sobra como para conseguirlo.

El km 17 no tardó mucho en llegar y volví a coger algo de ritmo, 5’06”. Sólo esperaba que el tiempo total fuera suficiente como para mejorar mi último tiempo en Valencia, ya que eso de bajar de 1:40 lo estaba empezando a ver muy negro.

Casi llegando al km 18, una chica que llevaba un ritmo parecido al mío pareció fundirse y parar porque no podía más. Me dio bastante pena y la animé para que siguiera, como si yo no necesitara que me llevaran en brazos.

El km 18 parecía no llegar nunca y era el principio de la avenida de Las Canteras. Yo ya ni veía, no sabía si había gente en la playa o no, sólo intentaba mantener las pocas fuerzas que me quedaban en llegar lo más dignamente posible a la meta. Aquí iba a 5’13” y ya no tenía muchas esperanzas de volver a coger el ritmo.

A los pocos metros de pasar por el punto 18, veo que la chica que antes animaba para que siguiera, me adelanta y va a mi mismo ritmo, como si no hubiera pasado nada.

Algunas palmitas muy tímidas sonaban y algún “vamos” que parecía llevar eco incorporado por lo solitario del mismo.

El km 19 fue el de mi queridísima fascitis plantar. Decidió salir a pasear y darme un poco de moral para rematar la carrera, aunque pese a ello, me enfundé algo de orgullo y tiré con un ritmo de 5’07” mirando como la meta parecía estar lejísimo aún.

La chica de la que hablaba antes, volvió a parar, pero sintiéndolo mucho, no tenía fuerzas ni ganas de volver a animar a nadie, bastante tenía ya con mi cruz.

El km 20 al menos conseguí mantener el ritmo en 5’06” porque visto lo visto, ya más no se podía hacer. El calor estaba apretando ya y al mirar mi reloj vi que ya no tenía posibilidades de llegar en 1:40 o menos, así que mi otra opción era intentar menos tiempo que mi última carrera.

El km 21 era el que no llegaba nunca. A falta de unos metros estaba empezando a darme calambres en la pierna izquierda y me vi parándome para estirar, así que lo que hice fue cambiar mi longitud de zancada, mi ritmo de carrera y hasta mi pisada para evitar que me diera. Mi ritmo de carrera aquí fue de 5’03”.
Llegada a meta. Mi cara lo dice todo.


La meta la pasé con esa sensación de haber llegado pero poder haberlo hecho mucho mejor si hubiera marcado un ritmo constante, pero al menos logré no pararme y aunque no conseguí mi meta principal que era 1:40, ni bajar mi anterior tiempo de carrera en 1:42:46 en Valencia, al menos conseguí hacer mi segundo mejor tiempo, 1:43:29, el mejor tiempo que he hecho en una media en la isla y mi mejor tiempo de la CajaSiete MGC, ya que el año pasado fue 1:48:42.

Arriesgué demasiado, pero como se suele decir, quien no arriesga, no gana.
Vídeo de la carrera.

Postcarrera

Al finalizar la carrera, me dirigí a recoger mi medalla, 3 botellas de agua, 2 plátanos y todo aquello que pudiera y por primera vez hice uso del servicio de espráis para dolores y calambres que daban dos chicas en la línea de meta.
Luciendo medalla


Pasada la fase de reflexión, me dirigí a la zona de las piscinas de agua frías para meter mis sufridos pies y recuperarme cuanto antes. El día estaba estupendo para estar en la playa, unos 26 grados, así que no me costaría mucho meter los pies en esa agua tan fría. Compadezco a los que tenían que empezar a correr los 10km a las 11:30.

Tras mi remojo, me dirigí a la carpa de fisioterapia para que me dieran un repaso en los isquiotibiales que estuvieron a punto de volver a chafarme otra carrera a las puertas de la meta.

El servicio postcarrera fue estupendo, mucho mejor de lo esperado, ya que pensaba que iba a tener que hacer una supercola para entrar en la zona de masajes.

Después me acerqué a hablar con una de las voluntarias para preguntarle por el servicio de grabado de las medallas y no tenía ni idea. Me mandó a hablar con un organizador al cual me dirigí. Este señor tampoco tenía ni idea, ni siquiera de su existencia. Me parece curioso que sea un organizador el que no se entere de nada.

Tras preguntar a 5 personas entre organizadores y voluntarios, si, 5 personas, terminé por buscarlo por mí mismo. Al final resultó estar en la zona del guardarropa. Una vez allí, tras una cola de unas 12 personas, me dicen que el tiempo que se va a grabar en la medalla es el oficial, no el real.

Sinceramente, no sé cómo se puede hacer las cosas tan mal, ¿a quién le interesa tener grabado en su medalla el tiempo que aparece en el crono cuando pasas por debajo cuando tu carrera empieza 30 segundos o un minuto más tarde que el primero que sale?. Espero que este tipo de cosas tan básicas las corrijan, porque no me ha pasado ni en Madrid ni en Valencia y es que se cae por su propio peso.

Como resumen tengo que decir que fue una carrera muy dura por la falta de motivación y animación, por la lesión y por el calor, y que si queremos que esta carrera sea el mayor referente de Canarias, no podemos dormirnos y conformarnos con que sea una carrera televisada, conozco a gente que no ha hecho esta carrera por lo aburrida que llega a ser correr por la avenida marítima sin animación alguna.
Igual a la del año pasado pero en dorado.
Ahora toca recuperarse del todo, intentar volver con más fuerza y ampliar mi colección……





Puntuaciones de la carrera (de 0 a 5):




Recorrido: 3 (zonas poco transitadas y sin publico ni atractivo)
Organización: 3 (no tenían ni idea de algunas cosas básicas)
Animación: 2 (pocos puntos de animación y poca implicación)
Avituallamientos: 4 (bastante bueno)
Postcarrera: 4 (entrega de agua, fruta, isotónicos, fisioterapia, piscina de agua fría)
Medalla: 3 (lo peor quizá que el diseño podría ser mejor)
Camiseta técnica: 2 (buena calidad y diseño muy pobre)
Feria del corredor: 2 (insuficiente)

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